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martes, 12 de abril de 2016

El desamparo

Hoy martes, y con un poco de retraso, hemos trabajado la emoción que les enseñé la semana pasada mediante su ilustración correspondiente.

Se trataba de un ciervo que en pijama se encontraba bastante solo. Tenía varias camas a su alrededor, pero todas, estaban vacías. Y su mirada... solo al verlos nos dábamos cuenta de la angustia interior del ciervo.



Mis alumnos, estaban deseosos e impacientes, sus apuestas han sido las siguientes:

Sara nos ha dicho que ella creía que el ciervo estaba bastante cansado.

Silvia nos ha dicho que podría ser la alegría. Pero después de fijarse detenidamente en su mirada, se ha retractado.

Diego creía que era la tristeza, pero como le han dicho sus compañeros, ya la hemos visto, aunque bien podría tratarse de la tristeza, ya que esta emoción la conlleva.

Lidia pensaba que era la tristeza, pero también la habíamos visto anteriormente.

Vega nos ha dicho que el ciervo estaba muy enfadado.

Miguel creía que era el aburrimiento.

Beltrán L. creía que se trataba de la depresión.

Al final, Beltrán P., que tiene en su casa el Emocionario, pero que sólo interviene si nadie más lo sabe, nos ha desvelado que la emoción de esta semana era el desamparo.

El Emocionario nos indica que el desamparo nos inunda cuando te ves desprotegido, cuando no puedes contar con el apoyo de nadie. Es una sensación de pesar y tristeza.

Ocurre, por ejemplo, si tus amigos no re respaldan, o te abandonan.

¿Qué crees al estar desamparado?

Que si pides ayuda, nadie acudirá en tu auxilio. Puedes estar rodeado por mucha gente, pero si no tienes el amparo de nadie, terminas sintiéndote muy solo.

¿Han sentido alguna vez desamparo?

Pues sí, aunque, afortunadamente, en pocas ocasiones.

Diego se sintió desamparado cuando estaba jugando al fútbol y le hicieron una falta y nadie le ayudó.

Lidia estaba jugando con "mi hermana, ella me pegó y me dejó sola".

Alba sintió desamparo una vez que se peleó con sus amigas, se reían de ella y nadie le apoyaba. Pero nos ha dicho también que solamente fue una vez.

Beltrán P. nos ha contado que él sintió desamparo una vez en la guarde. "Me caí en el patio, me hice mucha sangre y nadie me ayudó".

Adrián sintió desamparo una vez que su primo le hizo una herida y no le ayudó.

Jonatan sintió desamparo en una situación bastante habitual. Nos ha contado que una vez fue con su padre al médico, el médico le puso una vacuna y su padre no le apoyó y dejó que se la pusiera.

Mario nos ha contado que el sintió desamparo en Infantil, "me rompí el morro y nadie me ayudó y se me puso un diente negro".

Juan F. una vez, en el patio, se cayó jugando al futbol y, aunque no se hizo sangre, le dolía un montón y nadie le ayudó.

Alicia sintió desamparo cuando, en una carrera con las bicis se cayó, y su hermano no le ayudó.

Puedes adquirir el libro Emocionario aquí.


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