jueves, 29 de septiembre de 2016

La envidia

Seguimos descubriendo emociones. Hoy ha sido el turno de la envidia. En esta ocasión una muy fácil que han adivinado todos a la primera, sin necesidad de dar pistas, ya que la imagen que la representa es bastante evidente. Se trata de dos perritas prácticamente iguales, pero con expresiones completamente diferentes. Una de ellas posee un gran globo amarillo y está pletórica, sin embargo, la otra mira de reojo a la primera ya que el globo que ella tiene es muy pequeño.




Ha sido Cristina una de las primeras en levantar la mano y, por ello, la encargada de desvelarnos la emoción de la semana.

El Emocinario nos indica que algunos dicen que la envidia y los celos son lo mismo. No es así, aunque ambas emociones van de la mano, mezclándose y avivándose mutuamente. Son parásitos que devoran tu alegría. No les interesa que a ti te vaya mejor, sino que al otro le vaya peor.

¿Qué diferencias hay entre los celos y la envidia?

Los celos te dificultan compartir aquello que consideras tuyo, como el amor de un ser querido. La envidia, en cambio, no nace de lo que tú tienes, sino de lo que el otro tiene: es la tristeza que sientes cuando alguien posee aquello que tú deseas. La envidia nos entristece y nos impide valorar al otro.

La envidia se considera una emoción negativa y universal, la mayoría de las personas, en algún momento de sus vidas llegarán a sentir envidia en mayor o menor medida. Esto tiene consecuencias tanto para la persona que la siente como para aquellas que se encuentran a su alrededor. Esta emoción, además de presentarse en todas las edades puede ir acompañada de un complejo de inferioridad, inseguridad e insatisfacción con uno mismo frente a los demás.

La figura del adulto es fundamental para que el niño sea capaz de canalizar la ansiedad que siente ante sus deseos no cumplidos. Debe explicarle que no todo se puede tener en la vida.

Me resulta importante también destacar la expresión "envidia sana" muy en uso hoy en día. Pero realmente, ¿la envidia puede ser sana? La "envidia sana" realmente es la forma hipócrita de la envidia malvada y es un mecanismo psíquico para liberarse de la culpa por lo que se siente ante las posesiones del otro.


¿Cuándo han sentido mis alumnos envidia? 

Sus ejemplos han sido muy claros y acertados y es que la envidia es una emoción muy común entre los niños.

Alicia nos ha contado que ella sintió envidia cuando su prima hizo la comunión.

Lucas sintió envidia el día que le llevaron a comer a un restaurante y allí había un chico que tenía un helicóptero teledirigido.

Lidia sintió envidia por su hermana, le compraron una cosa y Estela no se la dejaba.

Beltrán L. nos ha contado que él sintió envidia cuando a su hermano le compraron la PS Vita.

Vega sintió envidia cuando sus padres se fueron un fin de semana a un pueblo muy chulo y ella se tuvo que quedar con su abuela.

A Alba le encantaría tener un perro como su tía Noe, siente un poco de envidia.

David P. siente envidia viendo a su hermano jugar al fútbol. Él tira muy fuerte y es un buen portero.

David G. siente envidia porque su hermano Pablo tiene una tablet muy chula y él la quiere tener.

Laura sintió envidia cuando sus abuelos le compararon a su hermana un perrito de juguete en Albacete y su hermana estaba tan entusiasmada con el perrito que no se lo dejó ni un ratito.

Jonatan nos ha contado que él ha sentido envidia en dos ocasiones, una es que unos amigos tienen muchos gatitos, y al él le encantan los gatos. La otra ocasión ha sido hoy mismo, ha sentido envidia por Mario, porque en el recreo ha cambiado una carta por una que él no tiene.

Álvaro siente envidia por su hermano porque juega a la play y no se la deja.

Miguel sintió envia por su tío que se compró la Play S4 y a él le regalaron la PS Vita. Miguel hubiese preferido la Play.

Irene siente envidia por su hermano porque puede salir a la calle solo en bici y a ella aún no le dejan porque es pequeña.

Beltrán P. sintió mucha envidia en la feria. Él veía a los niños mayores jugar a los puestos y él quería conseguir una serpiente grande pero no le dejaron.

Juan F. nos ha contado que él siente envidia cuando su primo Alejandro juega con su hermano Jesús Miguel, que ya va al instituto, juegan a la Play y no quieren jugar con él.

Mario siente envidia cuando su hermana Martina se le tocó una carta de Raichu dorado y él no lo tiene.

Paula nos ha contado que su prima María tiene mucha ropa bonita que a ella le encanta y siente envidia cuando va a su casa.

Silvia siente envidia cuando su prima Natalia no le deja la tablet que le regalaron para su comunión.



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