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jueves, 22 de marzo de 2018

Día Mundial de la Poesía

Ayer, 21 de marzo, fue también el Día Mundial de la Poesía, y hoy lo hemos celebrado en nuestra aula.

El poeta que he elegido para realizar esta actividad ha sido Gustavo Adolfo Bécquer.



Gustavo Adolfo Bécquer, el gran poeta romántico español, nació en Sevilla en 1836 y murió en Madrid en 1870.

Fue el quinto de ocho hijos. Su padre murió cuando Gustavo Adolfo contaba sólo con cinco años, y su madre cuando él tenía diez.  Esta orfandad influyó sin duda en su temperamento. Se crió con su madrina, de posición desahogada, y gracias a eso el pequeño pudo acceder a una biblioteca y descubrir el placer la la lectura.

Quiso dedicarse a escribir, y siendo aún muy joven partió hacia Madrid, en donde se desarrollaba casi toda la vida literaria de la época. En la capital pasó Bécquer estrecheces y sinsabores. Pasó hambre. Se enamoró de una mujer llamada Julia, de la aristocracia, que no le correspondió. Contrajo la entonces incurable tuberculosis. Se casó a los veinticinco años con la hija de su médico, que le dio tres hijos, pero que le abandonó siete años después. Colaboró esporádicamente con la prensa, en la que publicó una mínima parte de su obra. Murió a los treinta y cuatro años. Después de su muerte, sus amigos publicaron sus hoy clásicas Rimas y Leyendas.

No son las Rimas de Bécquer poesías estrictamente infantiles, aunque nadie discute su carácter joven, casi adolescente, soñador, vital. Versos clásicos e inmortales para enamorados. Versos que, pasado el tiempo, siguen teniendo sentido para personas de toda edad.

Así que para conocer un poquito más al poeta, nos hemos atrevido con la  Rima XII, "Porque son, niña tus ojos", del libro Gustavo Adolfo Béquer para niños, de la editorial Susaeta.




Porque son, niña, tus ojos (Rima XII)




Hemos leído el poema despacio, estrofa a estrofa, saboreando sus versos, analizando cada detalle, cada palabra...






Después, hemos realizado una actividad. Cada niño, de forma individual, debía hacer un dibujo de la descripción que el poeta hacía de la chica de ojos verdes.

En sus dibujos no podía faltar:

- Una mujer con ojos verdes.
- Con las mejillas sonrosadas.
- Con labios rojos.
- Una trenza ancha y dorada.

Los resultados han sido estos:






No todos los dibujos han sido muy acertados con la descripción que hace el poeta de la niña de ojos verdes, pero hemos pasado un buen rato analizando cada dibujo y señalando los rasgos que le faltaba a cada uno de los retratos.






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