viernes, 11 de marzo de 2016

La hostilidad

Hoy viernes, seguimos descubriendo nuevas emociones.

La imagen que representaba la emoción de esta semana era un poco confusa, al menos, desde mi punto de vista.



Un gato observa con atención unos abejorros con cara de muy pocos amigos. ¿Cómo creéis que se siente el gato?  Esto es lo que pensaron mis alumnos:

Jonatan pensó que la emoción de la semana era la molestia, el gato se siente bastante molesto con los abejorros.

Manuel nos indicó que podría ser el enfado.

Juan el amor. "El amor no, que ya los hemos visto" dijeron los demás.

Silvia nos dijo que el gato se sentía hambriento. He de decir que el hambre no es una emoción, no está relacionada con los sentimientos.

Una vez que ninguno adivinó la emoción, pasamos a los alumnos que tienen el Emocionario en casa, contamos hasta tres y... contestaron ¡¡¡HOSTILIDAD!!!  
Ciertamente era una emoción bastante difícil de adivinar, aún más para niños de 6-7 años, pero ya tienen integrada una palabra más en su vocabulario.

El Emocionario nos indica que sentimos hostilidad cuando alguien se opone a nosotros o a nuestros deseos. Por ejemplo: tú deseas a toda costa salir a jugar al parque, pero tus padres no te dejan.

Cuando sentimos hostilidad, deseamos llevar la contraria. Si alguien dice: "blanco", yo diré: "negro". Si alguien dice: "Me gusta la piña", responderé: "Yo la detesto".

¿Adónde conduce la hostilidad?

La hostilidad nos conduce a rechazar a la otra persona; sentimos deseos de incomodarla, atacarla, molestarla...

¿Cuándo han sentido mis alumnos hostilidad?

Realmente mis niños comprendieron perfectamente lo que significa la hostilidad y, buscando en su interior y en sus recuerdos, pudieron contarnos situaciones y experiencias en las que habían sentido dicha emoción.

Beltrán P. sintió hostilidad un día que fue a un parque acuático con su familia. Vendían helador y él se quería pedir uno de menta con trocitos de chocolate. Su hermana le decía que no se pidiese ese, que era mejor el de fresa, y él no le hizo caso.

Alba nos ha contado que ella siente hostilidad cuando les toca comer pasta en casa. A su hermana Claudia le gustan los macarrones y a ella le gustan los espaguetis, siempre se pelean porque las dos quieren elegir.

David P. nos ha contado que él se quiere ir con su hermano y él no le deja, nunca quiere que se vaya con él, y es que su hermano tiene 20 años. Nos ha dicho bajito que los amigos de su hermano fuman y por eso no quiere que lo acompañe.

Adrián sintió un día hostilidad cuando él quería ir al parque y su abuela no le dejó.

Sergio nos ha contado que el sintió una vez hostilidad, él quería ir al parque y su hermano al burguer.

Beltrán L. sintió hostilidad cuando quería comprarse algodón de azúcar y su padre no le dejaba. Al final se lo compraron.

Alicia siente hostilidad cuando su hermano le pide que le coja un juguete y a ella no le apetece.

Juan dice que siente hostilidad muchas veces, y es que "me gusta mucho picar a la gente".

Diego sintió hostilidad un día que quería jugar a la Sega y su padre no quería.

Mario nos ha contado que en un examen sacó un 9 y su madre le dijo que mañana le iba a comprar chuches, pero él no las quería mañana, las quería ese mismo día.

David G. siente hostilidad cuando su madre se toma un flan de café y a él no le da.

Lidia nos ha contado que ella siente hostilidad cuando su hermanita Estela le coge de la mano para jugar y ella no quiere.


Hay que aprender a manejar la hostilidad, porque es una emoción que realmente no nos hace sentir bien, como dicen mis niños, es una emoción negativa. Debemos aprender a admitir las opiniones, consejos y preferencias de los demás.


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