lunes, 20 de junio de 2016

El desaliento

Hoy toca hablar de una emoción que trabajamos la semana pasada. Últimamente a mis niños les está costando adivinarlas. Completamente normal, son palabras que designan emociones que, aunque seguro que más de una vez las han sentido, son totalmente desconocidas para ellos.

Lo que si saben es identificar si son positivas o negativas. Un punto de partida muy importante.
En esta ocasión se trataba, sin lugar a dudas, de una emoción negativa.

Lucas se encargó de describirnos la imagen que representaba la emoción. Se trataba de un león arropado en lava. Y también intentó adivinarla, sus opciones fueron furia, miedo, agotamiento, terror, desesperación... De ninguna de ellas se trataba.


Se trataba del desaliento.

El Emocionario nos indica que sentimos desaliento, precisamente, cuando nos falta el aliento para seguir adelante; cuando empezamos a sentir cansancio y lo que tenemos entre manos ya no parece tan fácil.

Imagina que estás en un bosque y quieres regresar a casa. Emprendes un camino y no es el adecuado. Regresas al punto de partida. Buscas otra ruta. Tampoco es esa. Insistes. Vuelves a equivocarte. Al cuarto intento, percibes que tus fuerzas fallan, te desanimes. Eso es el desaliento.

¿Qué ocurre cuando llega el desaliento? A medida que el desaliento se acerca, nuestra meta se ve cada vez más lejos.

Y mis alumnos, ¿han sentido alguna vez desaliento?

Diego sintió desaliento en su cole de verano, en una carrera contra los niños de 10 años. Él corrió muchísimo, con todas sus fuerzas, pero no ganó.

Beltrán P. también ha sentido esta emoción. Fue un día que decidieron ir al poli en bici, le costó tanto llegar que incluso llegó a pensar que nunca podría llegar.

Silvia sintió desaliento una vez que también subió con su padre al poli, pero ella fue andando. También se cansó muchísimo.

Juan F. también sintió desaliento una vez que corrió una carrera contra su hermano, perdió porque él va a 3º de la ESO.

Adrián sintió desaliento una vez que jugó al pilla-pilla con su primo y estaba muy cansado.

Jonatan también sintió desaliento una vez que hizo una carrera de natación y se quedó el último.

Alicia nos contó que ella sintió desaliento recientemente. Está intentando aprender a hacer el pino en la pared, lo intentó mil veces no, dos mil por lo menos, y no lo consiguió.

Vega fue una vez andando a la tienda de chuches y estaba tan lejos que cuando llegó ya casi no tenía ni ganas de comprar.

David G. siente desaliento cada vez que va a misa. Le pregunta a su madre que cuanto queda porque a él se le hace eterna y se cansa.

David P. sintió desaliento cuando fue a Campo de Criptana a jugar al futbol y se cansó un montón.

Alba cuando corre con su hermana y al final siempre se cansa.

Cristina cuando corre con su prima Carla, que es mayor que ella y nunca ha conseguido ganarle.

Lidia sintió desaliento la vez que se le ocurrió ir al poli con patines y se cansó un montón.


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