La emoción de esta semana ha sido muy clara, desde el primer momento, mis alumnos la identificaron, y es que la imagen que la representaba era muy explícita.
Una ovejita desnuda intenta taparse sus partes nobles como puede. Está roja como un tomate, y es que sus compañeras no paran de mirarla.
Los niños al ver la imagen no podían parar de reírse, y ya el lunes querían decir la emoción.
Como todos los niños sabían la emoción y todos la querían decir, he tenido que sortear la intervención, ha sido Vega la afortunada, "es la vergüenza" nos ha dicho.
El Emocionario nos indica que la vergüenza aparece por sorpresa. La sientes cuando sabes que has cometido una falta o cuando crees que se van a burlar de ti.
Aunque parezca de cuento, es posible sentir vergüenza por lo que hace otra persona.
¿La vergüenza es discreta?
No. La vergüenza, por desgracia, es muy indiscreta. Tiene la manía de decirles a los demás que eres consciente de tu falta: hace que tu rostro se enrojezca.
Que los demás sepan que estás avergonzado puede provocarte, además, inseguridad.
¿Y cuándo han sentido mis alumnos vergüenza?
Pues realmente, aunque es una emoción que han identificado con mucha facilidad, muy pocos dicen haberla sentido, y es que son unos niños muy espontáneos.
Alba nos ha contado que ella siente vergüenza cuando conoce a alguien nuevo, nos dice que se pone un poco nerviosa.
Mario sintió vergüenza en el cumpleaños de su hermana, y es que estaban todos los compañeros de su hermana. Conociéndote Mario, me imagino que esa vergüenza te duró muy pero que muy poquito.
Cristina sintió vergüenza cuando su prima tuvo novio.
Jonatan nos ha contado que el siente vergüenza cuando habla con rumanos, y es que dice que él no sabe hablarlo muy bien.
Silvia, Lidia y Juan F. coinciden con Alba, ellas sienten vergüenza cuando conocen a gente nueva.
Diego nos ha contado que en el cumple de su tía Marta había mucha gente de 12 y 13 años y le dio mucha vergüenza porque él sólo tenía 5 años.
Alma ha puesto un buen ejemplo de sentir vergüenza. Nos ha dicho que ella sintió mucha vergüenza un día que no quería trabajar y Cristina la llevó a la clase de 5 años.
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