Durante esta semana hemos trabajado una nueva característica del amor en nuestra aula, en esta ocasión el optimismo.
La RAE define el optimismo como la propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.
Dicho de otra manera, el libro Amar nos cuenta que el optimismo es la actitud que centra nuestra atención en el punto más favorable de lo que tenemos ante nosotros, de lo que nos rodea o sucede.
¿Hay un aspecto favorable en todo?
Pude ser, hay personas que son siempre optimistas, siempre buscan las cosas buenas de las cosas por muy problemáticas que éstas sean. Porque cuando ese aspecto favorable no esté en el hecho en sí, su optimismo le ayudará a pintarlo.
Muy específica es la ilustración que acompaña a la característica del amor de esta semana. Un conejo quiere salir a montar en bicicleta, pero el tiempo no le acompaña hace frío y llueve. No importa, ¿qué no hay sol? pues pinto uno.
¿Cancelaron el viaje? No importa, tendremos más tiempo para redecorar la casa como queríamos o para disfrutar de las personas que nos rodean de otra manera.
Además, por si fuera poco, el optimismo se contagia. Si tu bajo estado anímico no te ha permitido apreciar los detalles más positivos o bellos de una situación, quizá la persona que te ama puede conseguir que los veas, y viceversa.
Y mis alumnos, ¿cómo ven el vaso?, ¿medio lleno o medio vacío? ¿Suelen ver o buscar el lado bonito de las cosas? Veamos...
Javier nos ha contado una situación que le ocurrió ayer mismo, se aburría en su casa, entonces decidió hacer algo, una gran cruz de cartón.
Juan Javier estando su madre en la biblioteca trabajando, él se aburría porque no le apetecía leer, entonces se le ocurrió hacer un barco y un avión de papel.
Víctor cuando no puede jugar al futbol cuando llueve, dedica su tiempo a hacer manualidades.
Victoria cuando se pone los dibujos y no hay nada que le guste no se preocupa ni se enfada, sino que busca otra alternativa, juega con sus bebés.
José Manuel nos ha contado que hace ya algún tiempo su madre le prometió que iban a ir a un sitio muy divertido, al final no pudo ser y se tuvieron que ir a Oliva y aunque en un principio a él no le apetecía mucho, intentó disfrutar de su entorno, se lo pasó genial en la piscina.
Miguel nos ha dicho que cuando llueve y tenemos cole y no podemos salir al patio a él no le importa porque nos quedamos en la clase viendo una peli.
Eli cuando quiere ir al parque pero está lloviendo, se consuela jugando con las pin y pon.
Cuando en la casa de Nico nadie quiere jugar con él, cocina con su padre: tortillas, nuggets, huevos fritos, hamburguesas...
Y así es como mis alumnos reconocen que los problemas pueden ocurrir, que las cosas no salen bien automáticamente. Así es como ellos aceptan las posibilidades y buscan soluciones sin la asunción de que todo sale bien por que sí.