Hoy os cuento una nueva sesión de nuestro proyecto Amar. Ayer, después de algunos día de pruebas, exámenes y mucho trabajo, volvimos a retomar nuestro y analizamos una nueva imagen.
Mis alumnos, aunque no acertaron con la característica del amor que definía esta imagen, sí que supieron describirla perfectamente.
Alguno de mis alumnos comentó que el caracol es un animal muy pequeño y que se mueve muy despacio, pero que se atrevió a escalar una gran montaña. Perfecta definición, ¿no creéis?
Y es que así, como ese pequeño caracol, han actuado mis alumnos a lo largo de todo el trimestre. Han sido pequeños caracoles que se han adaptado perfectamente bien a una nueva etapa educativa. Han ido caminando despacito, dando pasos pequeños, poco a poco, hasta que al final han conseguido superar con éxito el primer trimestre, y es que no les ha faltado en ningún momento VOLUNTAD.
Pero... ¿qué es la voluntad? El libro en el que nos basamos para el desarrollo de este proyecto indica que la voluntad es la fuerza interior que nos mueve a conseguir aquello que deseamos y nos permite resistir ante las adversidades, ante las dificultades.
Cuanto más grande es el deseo, mayor deberá ser nuestra voluntad si queremos hacerlo realidad.
La voluntad ¿disminuye o aumenta con la edad?
Depende de uno mismo, de las características personales. La voluntad se puede entrenar, y el amor es el estímulo perfecto para ello, y es que la voluntad nos da fuerza para mantener nuestros compromisos.
Después de hablar y de definir la voluntad, mis alumnos se atrevieron a contar sus experiencias, muy buenos ejemplos de voluntad. Así fueron estas:
Comenzó Javier. Nos contó, muy serio, que cuando era pequeño (con seis años ya es super mayor, claro) no sabía restar, y con la ayuda de sus padres lo consiguió. Estuvo practicando mucho tiempo, hasta que un día consiguió hacer todas las restas él solito.
Víctor nos contó que cuando nació no sabía andar, pero con su esfuerzo al final lo consiguió.
Claudia coincidió con Javier. Ella puso mucho empeño para aprender a sumar.
Aritz tuvo que practicar mucho en fútbol para poder regatear tan bien como lo hace ahora.
Jorge nos contó que hace unos meses empezó un curso de baloncesto. Al principio no sabía tirar bien a canasta, después de muchos entrenamientos aprendió y ahora mete muchas canastas.
Juan Javier no sabía jugar al fútbol, practicó con su padre y ahora sabe hacer muchos regates.
Miguel, cuando tenía 3 años no sabía nadar, lo intentó durante todo un verano, al final lo consiguió.
Eli puso mucha voluntad para aprender a montar en bicicleta, y lo consiguió gracias a la ayuda de sus padres.
Ana nos ha contado que ella puso mucha voluntad para dormir solita, porque tenía miedo por la noche y quería dormir con sus padres. Gracias a su mamá aprendió a dormir solita.
Victoria nos ha contado que al principio tenía dificultades para resolver problemas de matemáticas, gracias a mi ayuda lo consiguió.
Blanca puso mucho empeño para aprender a leer.
José Manuel nos ha contado que los exámenes no le gustaban mucho, pero después de hacer unos cuantos, se dio cuenta de que con voluntad y atención, los resultados serían positivos. Ahora le gusta mucho hacer exámenes.
Nico se está esforzando mucho para ganar un partido con su equipo. Su padre, que es muy buen portero, le está ayudando muchísimo.
A Ainara le costaba mucho hacer el pino, le salía un poco "chuchurrido". Sus padres y su prima Marta le ayudaron muchísimo. Ahora Ainara hace genial el pino.
Carlos terminó la sesión contándonos que escuchar a su hermano le cuesta muchísimo, le resulta un poco pesado. Nos ha dicho que poco a poco lo va consiguiendo, y es que día a día se va acostumbrando a él.