Hoy llegó el final de un gran proyecto, un proyecto que ha dejado huella en cada uno de los que formamos parte del aula de 2º de E. Primaria. Un proyecto que nos ha permitido conocernos a nosotros mismos un poquito más, pero también a los demás.
Hoy, con mucha pena, despedimos al Emocinario en el aula de 2º E. Primaria con una gran emoción: la gratitud.
Hoy ha sido Laura la encargada de describirnos la imagen y, sin darse cuenta, también ha sido la que nos la ha desvelado.
Ha comenzado diciéndonos: "veo un castillo con ocas, conejos, caracoles felices, ratones cogiendo regalos..."
¿Y qué sentimos cuando recibimos un regalo? Laura nos ha dicho que nos sentimos muy contentos.
¿Y qué decimos cuando recibimos un regalo? Laura no tenía duda, "decimos gracias"
¿Y cuál será la emoción de hoy? "Gratitud" han respondido al unísono algunos que ya lo tenían muy claro.
Hoy, algunos niños que tenían el Emocionario en casa lo han traído. Cristina ha sido la encargada de explicarnos cómo definía el Emocionario la gratitud.
La gratitud es el alma de la palabra "gracias". Y se multiplica cada vez que eres capaz de ver, en lo cotidiano, un regalo: en la sonrisa de un amigo, en una canción, en la comida...
La gratitud te enseña a disfrutar más de la vida. Es la entrada a la felicidad.
Uno de los autores del Emocionario nos cuenta que cuando tenía diez años, su abuela le dio un "diario de la gratitud" y, al oído, le dijo:
- Yo tengo uno igual. Cada noche, escribo en él las cosas por las que estoy agradecida. Después, al colocarlo bajo mi almohada, sucede algo maravilloso: El contenido del diario se mete en mis sueños para convertirse en el Palacio Feliz... y su felicidad me acompaña durante todo el día siguiente.
¿Han sentido alguna vez mis niños gratitud?
Vega nos ha contado que un día su madre le regaló una comba y se siente muy agradecida porque le encanta saltar a la comba.
David P. se sintió agradecido cuando sus padres le compraron la equipación del Real Madrid.
Alba se sintió muy agradecida un día que volvía del cole con muchísima hambre y al llegar a casa su madre le había preparado lasaña.
Beltrán L. se ha sentido hoy muy agradecido con José Juan, el profe de Ed. Física, y es que les ha regalado un globo.
Alicia se sintió gratitud cuando su tía le regaló un libro de Tea Stilton "Alicia en el País de las maravillas".
Laura sintió gratitud también cuando por su cumple recibió un cuento de Frozen, no se acuerda muy bien quien se lo regaló, cree que fue su madre.
Sara se sintió muy agradecida con su madre el día que le compró una colonia de las Monster High.
Carolina se sintió agradecida con su madre cuando le regaló por su cumple el libro del Código del Dragón.
Cristina nos ha contado que cuando fue su cumple su prima Carla le regaló un cuadro de una foto de ellas en el campo. Le encantó el regalo, y ella sintió muchísima gratitud.
Lidia sintió gratitud cuando su padre le regaló la colonia de Malú.
Adrián, en su cumple, sintió gratitud cuando sus abuelos le regalaron un juego de Super Mario Bros 2.
Marta se sintió muy agradecida cuando su tío Javi le regaló la equitación del Atletico de Madrid.
Diego sintió gratitud cuando su amigo Hugo, que tienen 9 años, le dejó la DS3 con el Mario Bros 7 y un juego de hacer construcciones.
Silvia sintió gratitud cuando sus padres le compraron la tablet.
Irene, coincide con Silvia, sintió gratitud cuando le compraron la tablet para su cumple.
Jonatan sintió gratitud cuando sus padres le regalaron una pistola.
Mario se sintió muy agradecido cuando le compraron su tortuguita bebé.
Álvaro sintió gratitud cuando su hermano le dejó la Play Station.
Beltrán P. se sintió muy agredecido con sus abuelos, un día fueron a Miguel Esteban y le compraron la segunda equitación del Atleti.
Sergio se sintió muy agradecido cuando su entrenador le dio la medalla de oro.
En ninguna de las emociones he intervenido, pero en ésta, al ser la última, realmente me apetece, así que...
Gracias mis niños por haber abierto vuestro corazón y contarnos vuestras experiencias y aventuras, vuestros miedos e inquietudes.
Gracias por haber demostrado, que dejar hablar al corazón no tiene edad y vosotros... no lo podíais haber hecho mejor.
Gracias por vuestra ilusión y vuestras ganas, por haber acogido de la manera que lo habéis hecho la dinámica con la que hemos trabajado el Emocionario.
Cuidad día a día vuestras emociones, disfrutad de las positivas y aprended de las negativas, y sobre todo, no dejéis nunca de quereros a vosotros mismos, ni siquiera un instante.
Y gracias también a todos nuestros lectores, por habernos acompañado día tras día, en el maravilloso camino de nuestras emociones.
Y para finalizar unas instantáneas para el recuerdo.