Continuamos avanzando en nuestro Proyecto Amar. La cualidad del amor que en esta ocasión hemos trabajado en el aula ha sido "ceder".
"Ceder" es facilitar que otra persona disfrute de una cosa o pueda hacer algo que desea o necesita. Algunos ejemplos podrían ser los siguientes:
Cedes el turno a un anciano en la frutería cuando dejas que lo atiendan antes que a ti.
Todos en tu familia quieren jugar al parchís excepto tú. Probablemente, cederás y renunciarás a jugar a lo que tú deseas... y lo pasaréis genial.
¿Ceder es fácil?
No y sí. A menudo, ceder significa anteponer los intereses de otra persona y desistir de hacer lo que nosotros queremos. Pero suele compensar: la alegría de tu amiga cuando le prestas tu camiseta favorita, el agradecimiento de un pasajero al que cedes el asiento del autobús...
¿Han cedido mis alumnos alguna vez?
Por supuesto, y fijaos de qué manera.
Miguel nos ha contado una situación que ocurre muy a menudo en su casa, no le apetece mucho jugar con su hermana, pero al final cede y se lo pasa genial.
Víctor algunas veces no quiere jugar en el patio al fútbol, pero al final cede y le encanta.
Noa muchas veces tiene pereza de ir a comprar con sus padres, no le apetece nada, al final cede y se lo pasa genial.
A Victoria algunas veces no le apetece ducharse, pero al final cede (no le queda otro remedio) y luego no hay quién la saque de la ducha ya que se siente super a gustito con el agua caliente.
Juan Javier una vez no quería jugar con su primo Alonso al billar, nunca había jugado y creía que le iba a aburrir, al final cedió y descubrió que el billar es un juego muy divertido.
Jorge tiene un hermano bastante más pequeño que él, le aburría jugar con él y apenas le hacía caso, un día cedió y estuvo jugando toda la tarde, entonces descubrió lo divertido que es tener un hermano pequeño.
Claudia siempre termina cediendo a la hora de recoger los juguetes en casa.
José Manuel nos ha contado que en su familia suelen jugar al Monopoli, al principio prefería jugar a otra cosa, pero al final cedió y se lo pasó fenomenal.
Javier no le apetece algunas veces ir a cazar conejos con su tío, pero al final siempre cede porque le encanta pasar el tiempo con su tío.
Leire, cada vez que se va su madre a trabajar tiene que irse a casa de sus abuelos. No le apetece nada, pero al final cede y no se arrepiente, ya que se lo pasa genial con su primo Jorge.
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