miércoles, 14 de septiembre de 2016

La frustración

La emoción que os cuento hoy es la última sesión que tuvimos el curso anterior.




Hoy toca la frustración, que a pesar de ser una emoción que los niños suelen sentir frecuentemente, no les resultó nada fácil descubrir.
Nadie se atrevió a descifrarla, así que recurrí a los niños que tienen el Emocionario en casa. Fueron dos, Alba y Beltrán P. Los dos la conocían, así que se jugaron decirla a pares y nones, así poníamos en práctica los conocimientos adquiridos en mates. Fue Beltrán,  el que eligiendo sus nones, nos desveló la emoción: frustración.

El Emocionario nos indica que la frustración es el malestar y el enfado que se producen cuando no consigues lo que te proponías o esperaba.

¿Qué nos suele producir frustración?

- Nuestras propias limitaciones, como no tener la edad suficiente para participar en una competición.
- Las limitaciones o decisiones de otra persona, como tú no puedes asistir a una actividad extraescolar divertida porque la han cancelado.
- Las condiciones del tiempo, como una tormenta de verano que impide que disfrutes de la playa.

Ante una misma situación, hay quienes se frustran y quienes buscan soluciones.

Las experiencias de mis alumnos con esta emoción fueron las siguientes:

Alba pensaba que hacía bien una ficha de lengua pero tuvo algunos fallos, en casa se sintió fatal y lloró un poquito.

Laura cuando iba a hacer el pino y no se salía.

Mario sintió frustración una noche que su hermana y su padre se fueron a ver estrellas fugaces y él no pudo ir con ellos porque estaba malito.

Silvia sintió frustración una tarde que se aburría un montón y le dijo a su madre que le diera un trozo de tela para coser (su abuela se había encargado de enseñarla) pero todo el rato se le salía el hilo de la aguja.

Jonatan se quería comprar una pistola de agua en la feria de Delwende pero se acabaron muy rápido.

Carolina creía que iba a ganar en las carreras pero al final ganó Cristina.

Vega nos contó que de pequeña intentaba colorear sin salirse pero siempre se salía. Al final, después de practicar todos los días aprendió.

Adrián sintió frustración cuando un recreo quiso comprarse un flas pero a su abuela se le había olvidado darle el dinero.

Lucas quería que su madre montase la piscina en su casa, pero su madre no quiso y al final Lucas se enfadó un montón.

Alma quería comprarse chuches y al final no se los compraron.

Sergio sintió frustración en una situación muy parecida a la de Alma, iba a comprarse una peonza pero al final su madre no se la compró cuando él quería.


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