Cada año, el 1 de noviembre, España celebra su fiesta ritual en recuerdo y honra de sus parientes fallecidos, fiesta que se conoce como el Día de Todos los Santos.
Esta fiesta de significación religiosa está rodeada de costumbres y tradiciones que se practican desde hace siglos.
Los santos son personas que durante su vida pusieron en práctica las enseñanzas del Evangelio. Algunos vivían con los pobres, otros eran ricos y vendieron todo para seguir a Jesús.
Algunos eran sabios, otros muy sencillos.
Cada santo tiene su propia historia, pero todos tienen algo en común: lo dejaron todo por seguir a Jesús, para amarle hasta el fin de sus días. Por eso creemos que desde el Cielo, como protectores nuestros, piden a Dios que sea misericordioso y nos perdone nuestras faltas.
Muchas familias se reúnen en los cementerios para hacer una visita a los seres queridos que han fallecido para hacerles saber que no les han olvidado. Se suele visitar el cementerio unos días antes del 1 de noviembre para limpiar las sepulturas y tenerlas preparadas para el gran día.
Lo más tradicional es comprar flores y llevarlas como regalo a los fallecidos, los cementerios se llenan de todos los colores. Además, también se dicen misas en memoria de los fallecidos.
A pesar del sentimiento de tristeza que se piensa que tiene el Día de Todos los Santos, este día no es solo para lamentarse por los seres queridos que ya no están con nosotros, sino que es un día para celebrar la vida.
Es muy popular también tomar dulces tradicionales como los huesitos de santo o las puches, y participar en familia yendo a ver "Don Juan Tenorio" obra de José Zorrilla.
Después de recordar nuestras tradiciones en el aula, los niños han coloreado un bonito dibujo.
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